Himno

En el fértil valle de Colchagua,
donde crece el fruto del sustento
el maestro siembra la semilla
del amor por el conocimiento.

En los patios tañe, la campana;
el llamado alegre a la labor;
nuestros libros se abren hacia el mundo
de la vida y el entendimiento.

El compás señalando exactitud
Y con la escuadra trazando lo recto;
En el umbral guiamos nuestros pasos
En la senda limpia de la virtud.

Noble escuela de tierra fecunda
Nos entregas las enseñanzas
De una sublime arquitectura,
Que en sus cimientos fuertes perduran
La sabiduría del Creador,
La Sabiduría del Creador.

Con la ciencia y sus instrumentos,
Con el arte y sus herramientas,
Diariamente pulimos nuestra piedra
Por el brillo de un libre pensamiento.

Dejaremos las aulas en silencio,
Ya seremos firmes y seguros;
Con la dicha el maestro nos despide;
Nuevamente el fruto está maduro.

Noble escuela de tierra fecunda
Nos entregas las enseñanzas
De una sublime arquitectura,
Que en sus cimientos fuertes perduran
La Sabiduría del Creador,
La Sabiduría del Creador.

Letra: Renán Rodríguez Fierro
Asesoría Musical y Arreglos: Carlos Mora Venegas
Música: Luis Becerra Morales
Orquestación: Oscar Aguilera Mardones